CÓDIGO DE BARRA

Restaurante de alta cocina en Cádiz a precios populares.

Precio medio por comensal: 20€

En mi última visita a Cádiz quería buscar algún sitio nuevo gluten free donde poder ir a cenar. Haciendo un par de búsquedas en internet vi este restaurante que lo categorizaban como gluten free friendly y reservamos sin dudarlo.

El local está en Candelaria, una céntrica plaza del casco antiguo de la ciudad, llena de antiguas casas palacio. El restaurante, además de tener un salón interior, cuenta con una terraza muy agradable en las noches de verano.

Los tres comensales que íbamos nos sentamos dentro. El salón es muy agradable y tiene la cocina a la vista para que puedas «cotillear» en cualquier momento lo que se están haciendo los cocineros.

 

Restaurante Cocina Código Barra

Restaurante Cocina Código Barra

La decoración del sitio está salpicada por obras de un conocido artista contemporáneo gaditano, Arsenio Rodríguez. Las paredes están llenas de pequeñas piezas realizadas con trozos de muñecos reciclados. Desde nuestro punto de vista es muy llamativa aunque un poco agresiva ya que no dejan de ser los muñecos con los que jugabas de pequeña. La luz sin embargo muy acertada y agradable.

 

Salón interior

Salón interior

Decoración interior

Decoración interior

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nada más traernos la carta e identificarnos como intolerantes al gluten, nos cambian la servilleta blanca por una verde para que todo el personal de la sala nos pueda identificar y así evitar la contaminación cruzada.

En la carta el 80% de los platos son sin gluten y viene indicado que utilizan una freidora aparte para las elaboraciones que la requieran. Además tienen pan y picos gluten free (grisinis).

Lo primero que probamos fue la tapa de queso de cabra frito con espagueti de pera, jengibre encurtido y miel. Cuesta reconocer la pera ya que viene servida en un perfecto espagueti que le da un toque muy refrescante al plato. El queso estaba muy bien frito y perfectamente compensado con el sabor dulce de la pera. (Precio del plato 4,74€).

A continuación nos trajeron la tapa de papa con choco frito y salsa holandesa de la propia tinta del calamar. El espagueti de patata estaba en su punto y la patata perfectamente hecha -ni demasiado frita ni cruda-. El calamar estaba rociado con limón, que le daba un toque ácido realmente bueno y la salsa sorprende por el color negro que le da la tinta del choco. (Precio de la tapa 4,75€).

Queso frito

Queso frito con spaguetti de pera

Choco frito con salsa holandesa de su tinta

Choco frito con salsa holandesa de su tinta

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luego pasamos a los platos principales. Pulpo con espuma de patata caliente ( 12,75€). El pulpo lo sirven troceado bajo una abundante capa de espuma de patata con pimentón de la Vera, presentado en un bol pequeño. Estaba muy tierno y la espuma de patata muy suave, una combinación perfecta de sabores y texturas.

Pulpo con espuma de patata

Pulpo con espuma de patata

Pulpo con espuma de patata

Pulpo con espuma de patata

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Por último pedimos langostinos al ajillo Urium, (11,75€). Este plato nos sorprendió mucho. Nos sirvieron los langostinos cubiertos por lo que visualmente parecía harina, pero al probarlo se notaba en la boca que lo que antes pensábamos que era harina en realidad era el aceite texturizado que se hacía líquido en la boca. Toda una experiencia.

Langostinos al ajillo

Langostinos al ajillo

De postre también tienen varias opciones sin gluten, aunque nosotros nos decantamos por el Chocolate Roto por recomendación de la camarera.

Este postre es toda una exhibición de sabores. Primero colocan una bandeja de cristal en medio de la mesa y a continuación el propio cocinero va pintando esta bandeja con muchísimos ingredientes a la vez que va explicando cada uno de ellos. Por último el cocinero trajo una esfera de chocolate rellena de chuches, palomitas de chocolate y frutos secos que al tirarla sobre el plato se rompió y dejó ver todo lo que la esfera escondía en el interior.

Entre todos los ingredientes que lleva este postre -más de 15-, destacamos varios que nos sorprendieron por su sabor, como la salicornia -una planta muy salada que crece en las orillas de las salinas-, los mini dados de zanahoria aliñados con naranja, azúcar y anís -tiernos y con un intenso saber cítrico-,  y el regaliz salado, muy típico en Holanda, que a mi personalmente me gusta mucho.

Chocolate roto

Chocolate roto

Los más sorprendente de todo es que le preguntamos al cocinero si efectivamente todos los ingredientes que llevaba el plato eran sin gluten y nos lo confirmó varias veces.

Desde nuestro punto de vista este postre a parte de ser muy visual y creativo, es un poco incomodo de comer ya que los ingredientes están dispersos en el plato y es difícil coger con la cuchara varios a la vez.

El servicio fue muy amable y atento en todo momento. Sin duda es un sitio para repetir y seguir probando más platos de la carta.

100% recomenable.